Y decir palabras bonitas,
no es cantar bonito,
Flamenco es contar las penas
por soleares, seguiriyas,
es salpicar la vida con la sal,
de las alegrías, las bulerías
es traer de la otra orilla,
las milongas, colombianas, vidalitas,
es dolerse por fandangos,
es piropear por malagueñas,
es la celebración de las bodas gitanas
por alboreá, es hablar con Dios por saetas,
es maldecir o maldecidse por carceleras,
es contar historias por romances,
es bailar por Tango
y lanzar los brazos al aire
para tocar a los dioses,
es sacar fuerzas en la mar por galeras,
es acompañarse en la fragua
por toná a golpe de martillos,
es morirse poco a poco en las profundidades,
por Taranto, Taranta o Minera,
es vender las mercancías
por pregones como lo hicieran
el abuelo paterno de Juan Breva,
o la voz dulce de Antonio Molina,
es escuchar a La Niña de los Peines por Peteneras
es dormir a un hijo pequeño por nana,
es tener facultad para hacer el cante por Mirabrás,
es hacer de un cante dos,
como la granaina y la media granaina,
es cantar al viento en los cantes de trilla,
es cantar en la Navidad por Campanilleros
Flamenco es, sobre todo, sentimiento
Manuel Pizones Rico